Y ahora estoy aquí.
¿Recuerdas que regresamos a España por primera vez a final del verano de 2015?
Dio la casualidad que en ese mismo año, en junio si no recuerdo mal, conocí a quien sería lapersona a cargo de la empresa caótica y sin escrúpulos que me contrató usando artes que rozaban la legalidad; por aquel momento no ví lo que tenía delante de mí y decidí contactar con él insistentemente para para trabajar en su negocio. Y así pasó, y ya conocéis la historia, y si no, puedes saber más en esta entrada.
El segundo acontecimiento que de ese mismo verano fue la boda del primo de Sandra. Él y ella, Guille y Vero fueron y son parte crucial en esta historia, nuestro enlace y apoyo, nuestra guía e inspiración, nuestra mente y cuerpo. Remanso de paz en tiempo turbulentos. Bálsamo para las violentas contusiones y antiséptico para las heridas. Gracias a ellos estoy escribiendo estas líneas de esta manera. Gracias a su apoyo seguimos hacía delante. Y como nada es casual, decidimos buscar y encontrar “algo” en Asturias, donde la montaña, el mar y el cielo se unen en tonos verde-azulados. ¿Paraíso Natural? Nada más lejos de la realidad.
Además, ¿no crees que Jack se lo pasaría en grande corriendo por los campos y ríos de esta bellísima tierra?
Ahora pienso que nada es por casualidad y que siempre estás en el momento adecuado con las personas adecuadas. Personas con la que cambias tu punto de vista y con las que cambias tu sistema de creencias. Cambiar parte de tu sistema de creencias es muy doloroso y al principio hay muchas resistencias. Te cabreas, te justificas, te auto-complaces, te resignas e incluso te culpabilizas. Sufres porque no entiendes. Este tránsito es necesario.
Escúchate a ti mismo cuando hablas y date cuenta que la experiencia que estás sintiendo es algo propio a ti, y que tú puedes trascender si te preguntas por qué y para qué. Esto es algo que ido aprendiendo con el tiempo y todavía queda mucho por aprender. Seguimos adelante, viviendo lo que acontece, tal y como viene. Aceptando y aprendiendo, transformando a uno mismo. Por aquel momento, daba mis primeros pasos, pero sabía a dónde quería ir.
Y ahora estoy aquí.
Finalizada esta disertación filosófica sobre mi manera de ver el mundo y como siento las experiencias que me ocurren, pasemos a relatar nuestras vidas en Londres en la siguiente entrada de este mismo blog.
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